Toda una multitud de perros machos vino al rebaño con una joven rubia para escuchar un sermón y comportarse como ciudadanos respetables. En cambio, una jauría de perros machos arremetió contra la joven y justo en las gradas le arrancó la boca y el coño a la rubia. El niño solo tuvo tiempo de parpadear las pestañas, metiendo alfileres en todos los agujeros disponibles en poses sucias.