Asuka tenía un gran problema. No solo tiene en todos los agujeros, sino que también se ve obligado a experimentar placer debido a las alegrías sexuales. Por mucho que lo desee, su cuerpo se estremece de placer, especialmente cuando los dedos largos juegan con su clítoris. Es tan hermoso que desde un silencio modesto se convierte en una verdadera zorra.