¡Le juró a Dios que nunca traicionaría a su esposo!
La animada esposa no perdió la oportunidad de tener relaciones sexuales perfectamente con un amante hábil. Se encontró en la guarida de soltero de un chico tribal y le chupó la polla. Sonó el teléfono y el niño se derrumbó con cálidas garantías de que era agradable pasar el rato con sus amigos en el Club. Y ella misma se rindió al crustáceo y le mintió hábilmente a su esposa, poniéndose en la cara.