La belleza rubia se consideraba casi una princesa e incluso tenía relaciones sexuales a regañadientes. Pero una vez que la mujer llevó a un hombre rico, que también era dueño de una gran polla. Para enseñarle a la orgullosa Virgen, el tipo no solo le clavó la mejilla, sino que lo empujó tan profundamente en el culo que toda la arrogancia con la mujer se fue volando en un instante.